Las plantillas ortopédicas son una herramienta valiosa para aliviar molestias en los pies, mejorar la postura y prevenir lesiones. Sin embargo, no basta con comprarlas y usarlas: su efectividad depende de una correcta valoración, diseño y adaptación. Muchas personas cometen errores que no solo reducen sus beneficios, sino que pueden empeorar el problema.
 

Estos son los  más frecuentes:
✅ Usar plantillas genéricas sin una valoración previa: cada pie es único, y las necesidades varían según la pisada, la forma del pie y la causa del dolor. Una plantilla estándar no corrige problemas específicos y puede generar más incomodidad.
✅ Pensar que todas sirven para cualquier tipo de calzado: los diferentes tipos de zapatos (deportivos, formales, tacones) requieren diseños y grosores distintos para funcionar correctamente.
✅ No adaptar su uso de forma progresiva: comenzar a usarlas todo el día desde el primer momento puede causar molestias; lo ideal es aumentar las horas de uso poco a poco para que el cuerpo se adapte.
✅ Cambiarlas solo cuando están rotas: con el tiempo, las plantillas pierden su forma y soporte, aunque a simple vista parezcan en buen estado. Generalmente deben renovarse cada 12 a 18 meses, dependiendo del uso.
✅ Usarlas como única solución: las plantillas ayudan, pero no sustituyen ejercicios de fortalecimiento, estiramientos o tratamientos complementarios que pueden ser necesarios para mejorar la salud del pie.
 

En PieSalud realizamos una evaluación detallada de la pisada con tecnología especializada y diseñamos plantillas clínicas personalizadas, adaptadas a tu pie, tu calzado y tus necesidades reales. Así aseguramos que cada paso que des esté respaldado por un análisis profesional y un tratamiento hecho a tu medida.